Cuando David Cameron no quería ser Margaret Thatcher

Margaret Thatcher y David Cameron en el 10 de Downing Street

Les voy a decir una una cosa, si hubo una época buena para ser conservador en el Reino Unido, esos fueron los 80s. ¡Qué tiempos aquellos! Cuando era posible tomar el té envueltos en la Union Jack (con un bordado que hablara de la Reina y de las Falklands) y leer el Times era luchar contra los sindicatos que extorsionaban al país ¡Qué tiempos!

Pero con los 90s todo se acabó.

Sin el carisma de Thatcher, con el desastre de la sanidad y la educación, y en general con el sistema productivo en pleno reajuste, todo empezaba a desmoronarse. Los mismos conservadores sabían de buena tinta que lo que había pasado en las elecciones de 1992 había sido un ‘bonus track’ en toda regla, el thatcherismo (a pesar de la delirante declaración de su inventora en el 90, algo así como que su legado no era cosa de una década, sino de siglos) estaba a punto morir a manos del New Labour y su flamante líder Tony Blair.

Tan muerto y enterrado que cuando Cameron, que había comenzado a trabajar en el aparato tory en época de Thatcher y que colaboró activamente con John Major, se postuló al liderazgo del partido reivindicó un «conservadurismo moderno y compasivo» que asumía el Estado de Bienestar y la necesidad de afrontar en cambio climático como parte natural de la política conservadora. Era consciente de que cuanto más lejos estuviera del gris legado de Maggie Tatcher, sin alejarse demasiado de las bases tories obviamente, mejor.

Y ¿saben?, Cameron ganó la elecciones… Y parece que se le pasó el ‘moderantismo’, no sólo porque con la excusa de la crisis financiera – o debido a ella – ha aprobado un paquete de recortes impresionante (muy suavizado según parece por Clegg y su gente; e incluso rechazado por algunos de sus aliados dentro del Partido como el Alcalde de Londres, Boris Johnson); es que además su respuesta a los disturbios ha sido casi calcada a la de Margaret Thatcher en su época.

Que hubo un tiempo en el cual Cameron no quería ser Thatcher parece claro. Que ese tiempo se ha acabado, también. Por eso, ante estos meses de gobierno tory, muchos británicos empiezan a preguntarse si el ‘conservadurismo compasivo’ era algo más que una estrategia electoral.

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